SALÚD FISICA Y MENTAL
Diferencias entre salud física y mental
En general, cuando hablamos de salud física nos estamos refiriendo al adecuado funcionamiento del cuerpo, mientras que la salud mental indica bienestar psicológico y, en consecuencia, una correcta interacción con el contexto social. No obstante, y como hemos visto, diferenciar entre cuerpo y mente es simplista y problemático desde un punto de vista conceptual.
La salud física y la salud mental están íntimamente relacionadas. No sólo hay enfermedades físicas causadas por factores psicológicos y viceversa, sino que tener una mala salud de cualquiera de los dos tipos facilita la aparición de problemas en la otra, en especial cuando nos referimos a las enfermedades crónicas.
Esto implica que las personas con una enfermedad física crónica corren un mayor riesgo de sufrir trastornos mentales; por ejemplo, es muy frecuente que las personas con demencia se depriman. Por su parte, tener un trastorno psicológico, sobre todo si es grave, también favorece la aparición de enfermedades físicas.
Las ciencias de la salud
Las ciencias de la salud son las disciplinas que se ocupan de prevenir y tratar enfermedades y de promover la salud y el bienestar, tanto físicos como mentales. Su ámbito de actuación incluye la adquisición de conocimientos técnicos a través de la investigación y su posterior aplicación.
Algunas de las disciplinas que se engloban en las ciencias de la salud son la medicina, la psicología, la farmacia, la enfermería, la veterinaria, la fisioterapia, la optometría y las ciencias de la nutrición.
Factores que determinan la salud
Dado que, como hemos visto, en la salud intervienen factores de tipo biológico, psicológico y social, el número de variables concretas que la determinan es muy amplio. A continuación describimos los que la Organización Mundial de la Salud considera más relevantes.
1. Entorno físico
Las condiciones de vida son clave para nuestra salud. Por ejemplo, el enorme incremento de la esperanza de vida que se ha dado en la mayor parte del mundo en el último siglo se relaciona con las mejoras en higiene, nutrición y cuidados médicos, entre otros. Todo ello depende en gran medida del entorno físico en el que vivimos.
No obstante, otros aspectos del contexto actual perjudican la salud. El progreso científico y tecnológico no sólo ha mejorado nuestras condiciones de vida, sino que también ha intensificado la contaminación, ha facilitado el acceso a hábitos de nutrición y consumo poco saludables y ha incrementado la frecuencia del estrés, que afecta de forma negativa y global a nuestro organismo.